Las idas y vueltas son una característica natural del coqueteo: se avanza, se tantea, se conoce, se retrocede, se analiza, se regresa, se consolida, se consuma… pero ¿hasta qué punto se llega en cada etapa? ¿Cuánto tiempo debería durar el coqueteo? ¿Es este necesario? ¿Cómo se evita “meter la pata” en el intento? ¿Cómo se reacciona frente a un coqueteo de alguien por quien se siente algún grado de atracción?